Vice Entrevista a Homorocker: Metaleros maricas, homofobia y resistencia.

Artículo publicado originalmente en Vice, el 25 de Noviembre de 2016 por Juan Sebastián Barriga.  

Metaleros maricas, homofobia y resistencia Un vista a la relación entre el metal y la homosexualidad.




Se puede decir que no hay temas prohibidos en el metal. Entre las decenas de géneros que conformar el rock extremo uno puede encontrar todo tipo de tópicos, desde sexo con cadáveres, pasando por mitología antigua, hasta llegar a política. Pero a pesar de todo ese abanico todavía hay algunas cosas que son tabú, de las que se hablan poco, que hieren ciertas sensibilidades, causan indignación y generan debate en los rudos círculos de boleadores de mecha. Uno de esos tópicos es el tema de los maricas.
Es poco común encontrar metaleros o metaleras que expresen libremente su mariconería. Ojo, no es que no existan, pero no es fácil ver demostraciones de afecto homosexual en los conciertos o en los bares metaleros. Y es aún más difícil encontrar músicos que digan con toda confianza y sin miedo que son gays. La razón es simple, en el metal existe mucha homofobia y machismo y eso no es secreto para nadie. Durante años, cada que nos encontramos una banda o un estilo musical que no nos gusta o que no lo consideramos lo suficientemente pesado, lo caracterizamos como música de maricas o de hembras. Además que el metal es una cosa que exige rudeza, cualquiera que no tenga la furia y la fuerza requerida es alguien débil y pues señalado como maricón.
Lo cual es gracioso, si lo pensamos, porque en general el rock es una vaina de parias marginados que se alzan contra los prejuiciosos de una sociedad con los juzga y censura. Una de las máximas de está música es se tu mismo. Pero resulta que no todo el mundo puede ser sí mismo, porque si eres marica, paila. 
Algo un poco contradictorio debido a que gran parte de la estética, la percha, la actitud y una parte del sonido metalero viene de un maricón llamado Rob Halford. El frontmal de Judas Priest, apodado "el dios del metal" quien con su voz influyó a gran parte de los metaleros más vieja escuela y puristas de todos. Además hizo que el cuero y los taches se convirtieran en el uniforme oficial de las tropas del infierno. Pinta que el buen Rob sacó de los bares gay y los parches sodomitas que frecuentaba. Pero no crean que para Halford fue fácil expresar su sexualidad. Es más, tuvo que esperar más de 20 años para decir abiertamente que era gay. Él entró a la banda en el 74 y en el 98 salió del closet en una entrevista para la revista LGBTI The Advocate que dio mientras lloraba de felicidad y alivio. Esa represión que vivió durante años lo llevó ha afrontar una severa adicción a las drogas y alcohol y un intento de suicidio que quedó inmortalizado en ese himno llamado "Painkiller".



"En el metal existe la misma homofobia que está regada en todas partes, no es como un nicho que esta alejado de eso porque igual pertenece a la sociedad en la que vivimos", opina Juan, un metalero marica que pertenece a la banda Nyctophobia, probablemente el único grupo de metal colombiana cuyos miembros son gays, y tiene un blog llamado Homorocker. Al parecer la música no es tan alejado de la hetero normatividad que rige nuestra sociedad patriarcal. O sea el machismo desmedido e intolerante de nuestra cultura regida por machos. 
A pesar de que el rock lucha contra las imposiciones sociales, muchas veces recrea esos estereotipos en sus filas y se vuelve un ente igual de discriminatorio que el resto de la sociedad que combate. Al igual que en la familia tradicional, en las oscuras filas del metal hay papeles y roles marcados que dictaminan el comportamiento de hombres y mujeres y dejan de lado a todas las personas que simplemente deciden no ser heterosexuales. Esto genera una presión sobre los hombros de cualquiera que ame el cabeceo porque de alguna forma dictamina cómo tienes que ser. Esa fue la misma presión que sintió Mauricio "Bull Metal" Montoya durante toda su vida. Esa presión que lo obligó a ocultar su sexualidad, que influyó en su depresión y soledad y su suicidio. 
"Desde sus inicios el metal se postuló como una figura antisistemica que busca cuestionar las civilización como tal, las buenas maneras y la moral religiosa. Pero como que no lo cuestionaba todo completo sino que se quedaba hasta cierto punto. Como que no tocó esos roles de género y sexualidad", dice Ahmoxis de la Colectiva Libertaria Severas Flores. Y  sí, a una buena parte de los metaleros se nos olvidó la importancia de palabras como igualdad, inclusión y tolerancia. Aún así hay quienes han luchado y han salió del closet con orgullo. Como Gaahl, ex vocalista de Gorgoroth, un tipo oscuro, retraído y violento que ha estada en la cárcel varias veces, y que en 2008 confesó  que era marica.
Pero aún así muchas y muchos metaleros maricas tienen que esconderse y reprimir su sexualidad en público. Juan y Ahmoxis me explican que básicamente tienen que ocultarse de la sociedad en general y de los mismos metaleros. Juan dice que besarse con alguien en un bar rockero es algo que pensaría dos veces y por eso está obligado a ir a los bares gays a escuchar música que no le gusta para poder ser libre. Es como que la gente está forzada a juntarse en pequeños nichos, en esos "oasis de tolerancia", para poder ser.
A pesar de todo, la fuerza del metal es más poderosa que la intolerancia y mucha gente ha encontrado en la música un refugio. Ahmoxis cuenta que durante su adolescencia se enfrentó a un contexto de mucha violencia y gracias al metal pudo superarlo y cultivarse como persona y como marica. "El metal nos puso una tarea bien bonita que es salirnos de esta cultura de la luz, la perfección y la belleza. Lo que podemos hacer para honrar esa memoria del metal es seguir trabajando en este proyecto político de ampliar esos límites morales y de garantizar una música para todas y para todos, que reconozca las múltiples sexualidades que existen", comenta.
El ser marica es uno de los actos de rebeldía más fuertes que existen. Para empezar es enfrentar de forma directa a la iglesia. Los maricas no van pintando pentagramas en iglesias y cargando cruces al revés en el cuello. Literalmente escupen las escrituras de biblia y los discursos de todos los pastores del mundo y le dicen sin pena a todos los puritanos, moralistas: "coman mierda".  

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