Selfie: ¿Por qué se nos castiga por amarnos a nosotrxs mismxs?
Regreso a mi actividad principal en el blog: escribir. Y es
que con el paso de los años y la llegada del microblogging esta actividad fue
desplazada por maneras de abordar las problemáticas que una vez me hicieron iniciar
este espacio más rápidas y eficaces (léase el microbloging de Facebook) No sólo
ha cambiado la forma como empecé a expresarme a través de la(s) red(es) sino
también lo que expresaba en ellas.
La muestra perfecta es el material que actualmente expongo
en el fanpage de Homorocker; una propuesta que no salió de mi sino que de
manera espontánea vino de lxs lectorxs de este blog; al principio me rehusé a
publicar las fotos que me enviaban pero cuando vi que existía una cantidad
suficiente de material similar me decidí a hacerlo. Actualmente el 90% de
contenido de la página son fotos de lxs seguidores de homorocker, las publico
tan pronto van llegando – aunque a veces no pueda conectarme por días- y hoy en
día me pregunto: por qué no las publicaba cuando me llegaban al comienzo?
No sólo buenos mensajes he recibido, también muchxs
seguidorxs me han escrito diciendo que “abandonan” la página porque se ha
convertido en una especie de templo del selfie, una ciber oda al narcisismo
postmoderno. Quizás es verdad, pero que tiene de malo eso? En una época en
donde los niveles de baja autoestima son altos en hombres y mujeres, nos vemos
expuestos a la normatividad de los cuerpos por doquier: comerciales, tv, cine,
se podría decir que en 2016 debería existir una mayor aceptación de lo diverso,
pero la verdad es que los cánones de siempre se siguen manteniendo. Por ello en
gran parte he dejado de publicar mucho del contenido que encuentro en la red:
la mayoría sigue perpetuando los mismos estereotipos de lo que debe ser
considerado bello o masculino.
Y es que si bien, la belleza es algo de lo que a los hombres
se nos ha despojado a lo largo de la historia como si de un adjetivo femenino
se tratase, hay una gran diferencia entre el acercamiento desde lo masculino a
este término al que se tenía por los griegos, en el renacimiento, en la
ilustración o incluso en los años 80’s o la década pasada a nuestros días.
La gran diferencia radica en nuestro acceso a las
tecnologías y la democratización de la información, mientras en Grecia los cánones
de belleza del hombre eran dictados en forma de musculosos adonis de perfección
hercúlea, en el renacimiento estos tomaban formas delicadas y femeninas, el ser
humano de la cotidianidad solo le quedaba admirar aquellas obras de seres
sacados de olimpos y cielos, mientras la belleza o sensualidad quedaba relegada
a estos o en el mejor de los casos al sexo femenino, el hombre del común poco o
nada tenía que ver con esos términos.
Parece
que dicha admiración producida a través de otros ojos es permitida en nuestras
sociedades, pero condenada cuando viene desde nosotrxs mismxs; en el antiguo
mito Narciso se encontró tan bello al ver su imagen reflejada en un estanque se
undió en este hasta convertirse en la hermosa flor perene que lleva su nombre. El otro día vi un meme
sobre Instagram que recreaba esta escena y pensé en como la tecnología ha
cambiado, pero aquella idea de que la belleza reposa sobre héroes y ángeles
lejos de los hombres mortales aún se mantiene, y lo que es peor: que áquellx
que encuentre belleza en si mismx merece la condena y el castigo que recibió el mismo Narciso: convertirse en una hermosa flor para que
otrxs admiren en la inmortalidad de las redes sociales.
¿Por qué se nos castiga cuando queremos mostrar nuestra
belleza al mundo? La verdad el problema no radica en compartir imágenes de nuestro
cuerpo ante desconocidos como si de estrellas de rock se tratase, la condena
yace en EL TIPO DE BELLEZA QUE SE COMPARTE. Cuando tienes músculos y cara
hermosa ( o simétrica para ser mas técnicos) y representas a los hércules y Moiseses (en
especial de con la ahora tan valorada barba) de la antigüedad, lo máximo que
recibirás serán un par de comentarios negativos que nada se comparan con los
miles de me gusta que llegan para mantener tu ego o reputación narcisista tan valorada en estos tiempos.
Lo único que resta es felicitar a lxs valientes que se
atreven a publicar una foto de si mismxs para el deleite de otros, si algo ha
probado el ejercicio de homorocker es que no importa el color de piel, como te
vistas, o cualquier tipo de característica prueba de nuestrx diversidad como
humanxs, siempre habrá alguien que te encuentre lindx y creo que la razón es
muy sencilla: si nos encontramos bonitxs nosotrxs mismos podremos inspirar a
otrxs a ello, todxs ya deben conocer aquella sabia frase de Rupaul que dice que
si no te amas a ti mismo como demonios podrías amar a alguien más.
Mi invitación entonces es a criticar menos y a disfrutar
más, a alejarnos de todos esos prototipos robóticos que nos han vendido los
medios y que continúan haciéndolo y comenzar a valorar nuestros cuerpos y
mentes por lo que son y no por lo que podrían ser, es realmente triste que
dentro de una comunidad que sigue luchando contra la discriminación uno
encuentre perfiles de personas que enfatizan en no querer cierto tipo de
personas “gordos, flacos, afeminados, altos, musculosos etc”. Si
hemos de criticarnos debe ser alrededor de como cultivamos o seguimos
manteniendo estos estereotipos y una maravillosa forma de combatirlo es
mostrando nuestra espectacular y mundana belleza en carne y hueso, así sea a
través de una selfie.
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