Peli: Monster pie: " De Romeo & Romeo o El hombre Lobo y el monstruo de Frankenstein"

          
Mike siempre se ha sentido solo y alienado del mundo, cuando un nuevo chico llega a su instituto para cambiar su vida, comienza a descubrir nuevas sensaciones y sentimientos...

Monster pies (o tarta de monstruos) es una película australiana de 2013, dirigida y escrita por Lee Galea posee el encanto de ser una película indepentiente que nos sumerge en el mundo de estos dos adolescentes, el descubrimiento de sus sentimientos el uno por el otro y la tabla de salvación en la que se convierte una relación que nace en un mundo gris, árido y desesperanzador.

Ambos personajes residen en mundos llenos de conflictos que no nos son ajenos: Mike sufre abusos en su escuela y por ello vive retraido y temeroso del mundo a su alrededor, mientras que William el nuevo chico que llega y al que todas las chicas del colegio desean conquistar- tiene sus propios demonios que enfrentar. Comenzando por la confusión de sus sentimientos hacia Mike y una amistad que comienza a transformarse cuando deciden hacer un trabajo de clase basado en el clásico Romeo & Julieta pero con un giro en los filmes de terror y que se centrará en El hombre Lobo y el monstruo de Frankestein, áquel desdichado ser hecho de retazos de cadaveres y que es traido a la vida por la megalomanía de su creador.



Y es que ambas figuras (el hombre lobo y el monstruo) sin una metafora de las problematicas que enfrentamos a lo largo de nuestras vidas - no sólo como adolescentes, no sólo como personas sexualmente diversas- sino como seres humanos, sirven para poner a la postre los miedos, esperanzas y sentimientos del espectador, asi como la dificultad para enfrentar un mundo en donde sino eres como lo dicta la sociedad o no encajas con lo que otros esperan de ti, no deberias ser feliz.



Personalmente la película me gustó bastante, me logró sumergir en el mundo de los personajes, y vivir con ellos de forma distinta lo que otras peliculas toman a la ligera: el nacimiento y la aceptación de los sentimientos propios y mutuos, algo con lo que batallamos desde nuestra tierna infancia y a lo largo de toda nuestra vida.